La premisa de Raquel y Ramón fue que su casa transmitiese calma por todos los rincones, además de mantener algunas piezas de mobiliario de valor sentimental para ellos.

Logramos esto con materiales nobles como el roble natural, lacados en blanco roto, para incluso romper la dureza del blanco puro y colores eb los elementos decorativos ciertamente vivos, pero en su versión pastel.

Aclarar los muebles originales de la vivienda de corte más clásico y añadir piezas sencillas y sofisticadas fue la clave para conseguir el resultado en el que ellos dicen haber conseguido la casa más acogedora.